lunes, 6 de abril de 2009

Recordando cosas

Cuando sucedió esto era casi una niña, conservaba mis de ojos marrones y el cabello castaño era bastante más claro.
Me gustaba verme en el espejo desnuda después de bañarme, me imaginaba qué pensarían mis compañeros de clase si me vieran así y me fascinaba ver sus caras en mi mente, creo que ya era algo pervertida entonces :-).

Imaginaba sus caras de éxtasis y frenesí, de deseo inconmesurable e insaciable.
Bueno recorría la imagen reflejada de mi cuerpo en el espejo, me gustaban mis tetas y la manera en que mi cabello húmedo y lacio los tocaba y como acariciaba ligeramente mis pezones rosados, bajaba más y notaba la perfecta línea de mi cintura y mi cadera gracias a mi juventud, veía los recién nacidos vellos de mi vagina y me acariciaba con curiosidad el clítoris para que emanara de mi vagina todo ese jugo vaginal tan espesito, deseaba compartir con alguien más, me volteaba y miraba mi espalda perfecta que desembocaba en mi culo, brillante y rosado, entonces mas delgadito.
Debo confesar que no se si soy bisexual, pero me da morbo quizás esto se debe a mi gusto por mi misma.


Desde que cumplí los 18 mi imaginación se tornaba cada vez más rebelde, haciéndome ver escenas sexuales con personas a veces tan extrañas que me sentía culpable de tales pensamientos.
Me imaginaba que hacía sexo oral al cliente del videoclub más callado, en presencia de todos los demás clientes, frente al profesor, frente al salón, él sentado en su banca y yo parada sobre él, loca de placer por su tímida lengua que bebía todo el jugo de mi rosada y dulce vagina, oscilando mi cadera haciendo que mi falda dejara ver mis nalgas brillantes en cada movimiento...
me imaginaba frotando mi vagina con la de mi mejor amiga, en la noche, me la imaginaba metiéndose a mi cuarto por la ventana y filtrándose entre las sábanas, me abrazaba y me besaba dulce y suavemente, me quitaba la ropa y entrelazábamos las piernas, frotábamos ambos coños y perdíamos todo rastro de razón, el olor de las vaginas y todos sus jugos mezclándose entre ellos y acariciando nuestras tetas oscilantes, brillantes de sudor...
Me imaginaba a un señor que conocía de nada maduro, en su sillón de la sala y yo frente a él, desnuda y arrodillada, con la espalda y mis nalgas bañadas de sudor iluminadas por el fuego de la chimenea, haciéndole sexo oral mientras acariciaba mis senos con sus grandes manos y mientras mi perro kanute me penetraba por detrás, llenando mi espalda de chorros de semen delicioso.
Pero no te aburro más, quieres masturbarte, lo sé muy bien, yo misma lo hago mientras escribo este relato....

Se centra en una de mis primeras experiencias, pues fue lo más excitante que he vivido hasta ahora.
Era una mañana, a eso de las 7, yo entraba a las 7 15 a clase y ya se me había hecho tarde, amanecí bastante excitada porque la noche anterior me la pase viendo una película porno pero no tuve un orgasmo, así que me quedé con el deseo toda la noche.
Me puse la falda de la escuela que ya me llegaba muy arriba pero me excitaba verme así y por eso no compraba otra, me puse la playera más corta que tenía y esperé el autobés. Hacía calor a pesar de la temprana hora y me imagino que estaba muy chapeadita de la cara, ya estaba sudando. El autobús estaba llenísimo por la hora, para todos ya era tarde, me subí y todos los hombres se giraron para mirarme muy descaradamente. Pasé entre la gente, restregando mis nalgas a propósito con todos los penes que tenía a mi paso, era tal el aprieto que mi falda ya se había subido casi completamente, pero nadie podía ver por la cantidad de personas.

Me detuve frente a una ventana, de espaldas a la puerta de salida, bajé mi mano para ver la altura de mi falda y efectivamente se había subido toda, sentía mi tanguita de seda y como nadie veía me empecé a masturbar ligeramente.
Todos los penes erectos que sentí me prendieron bastante y hasta cerré los ojos de la excitación y el placer que sentía al masturbarme en medio de tanta gente con el riesgo de ser descubierta.

De repente sucedió algo inesperado, el autobús frenó bruscamente y un hombre quedó a mi espaldas, sentí su pene que se paraba lentamente y le restregué mi culo con delicadeza, poco a poco lo iba restregando con movimientos repetitivos y cada vez más fuertes, pero discretos, mientras me seguí masturbando plácidamente. Rápidamente sentí la erección de aquel miembro entre mis nalgas y sentí mucho calor, luego con miedo y asombro sentí la mano de este hombre posándose en mi vientre y bajando lentamente hacia mi vagina ya mojada, me susurró al oído:
-Te voy a penetrar, ¿te parece bien?
Yo me agité mucho, me intenté mover pero solo restregaba más mi culo en su verga, pronto me rendí y me entregué al deseo, al placer:
-Está bien, pero hazlo suave porfa.
Le dije sin girarme. Bajó su mano mientras yo seguía oscilando mi culo, acarició mi vientre, mi vagina, me metió dos dedos en la vagina y empezó a menearlos por dentro, me estremecí y rápidamente me bajé la tanga, sentí su otra mano que bajaba el cierre de su pantalón y derepente sentí su verga caliente y dura en la raya entre mis nalgas, me dejó de tocar y tomó con sus dos manos su verga, levanté mi culo y abrí mis labios vaginales, lo dejé entrar lentamente, con cada movimiento penetraba más y más, nos movíamos a un mismo ritmo, discreto y excitante, me apretaba contra la ventana y me estremecía de dolor, gradualmente el gozo cubrió al dolor y empecé a menearme con más fuerza, golpeaba el vidrio
cada vez más fuerte con mi vagina, me apretaba los senos con furia, ya no me importaba que me vieran, me levante la blusa hasta liberar mis senos y quedaron pegados a la ventana, seguramente todos en la calle me veían y eso me ponía más y más, gemía y gemía, suavemente, sudaba a chorros, sentía las gotas bajar por mi espalda, meterse entre mis nalgas y llegar hasta la hendidura de mi culo

Luego sentí por fin la tormenta de su verga penetrando mi coño, mi culo golpeando con él, después de unos minutos sentí un orgasmo colosal y tuve que dejar escapar un grito de placer, sentí inmediatamente su semen corriendo en mi interior y sus manos acariciando y bebiendo mis jugos vaginales. Me subió la tanga y me bajó la playera y la falda, no me dejó
voltear a verlo, solo sé que bajó una parada antes que yo.

Si eres hombre quisiera haber estado ahí para embarrar tu semen en mis tetas, si
eres mujer quisiera haber estado ahí para acariciar tu coño y pajearnos mutuamente con la boca.
smuakkkkis ;-)

1 comentario:

  1. Sii... provocar y excitarte, me pasa lo mismo soy bastante exhibicionista, no hay q tener prejuicios.
    Delicioso post.

    A tus pies.

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